La vida en 20 pulgadas

No mis estimados lectores, dejen de lado esos pensamientos, siéntense y relajen sus músculos.

Mi lap tiene una hermosa pantalla de 12 pulgadas, la cual fue perfecta durante mis años de universidad debido a la facilidad para transportarla; llego un momento, después de mucho trabaja “to go” de la oficina, que se hizo imposible trabajar con enormes hojas de calculo en tan reducido espacio… la opción sencilla de Quack fue comprar un monitor de 20 pulgadas… la opción de mi terapeuta era dejar el trabajo dentro de la oficina.

Ahora extraño el hecho de mis pequeñas asignaciones de fin de semana, he de confesar que no lo extraño tanto, pero perdió el sentido de tener una pantalla de ese tamaño.

Viendo un post de Salvador sobre la ilusión con la que antes esperábamos las vacaciones, de los 4 años que trabajé en Habitum salí de vacaciones solo una vez y me fui a Colombia. La verdad las vacaciones serían más anheladas, si pudieran coincidir con las de mis amigos.

Amigos que a veces me pregunto si seguirán siendo mis amigos, hay algunos que no los he visto en años; otros que si no les llamo yo, ellos ni se acuerdan de mi. Hay unos que veo con regularidad y unos cuantos con los que nunca logro coincidir.

Life goes on… y no puedes estar cambiando de amigos como si fueran calzones, uno necesita continuidad, pero no la hay, al menos no en este momento de personas moviéndose por el país en busca de trabajo, calidad de vida, pareja y una nueva nacionalidad.

Solo mirando en retrospectiva me doy cuenta que agradezco a todas las exnovias de mis amigos el habernos separado un tiempo para después dejarlos y que ellos regresaran al grupo de amigos; porque siempre pasaba que uno tenía nueva novia y era momento de tomar una distancia del grupo para vivir su tórrido romance.

Tal vez solo sea eso y después volvamos a juntarnos todos a recordar hazañas de antaño y viejos chistes locales… o puede ser que todo eso se convierta pronto en un recuerdo de momentos de ayer.