Jugando Turista

Si algo me encantaba de ese juego era la posibilidad de comprar cosas sin menguar tu economía real, 2 horas después de estar jugando ya eras el dueño legítimo de Suiza, Rusia, Francia y Canadá; y además te habías hecho a la mala de México y los Estados Unidos.

Hoy, 12 años después, la diversión solamente se potencializa, y voy al super, con mis “panchólares” en la mano, y compro dulces, golosinas, y un poco de despensa cada semana para llenar mi pequeño servibar. El que he empezado a denominar... “El Turista de las amas de casa”.

Le tomaría una foto, para que sufran y la envidia corroa sus venas; pero olvidé mi cámara en el DF, y solo les haré el inventario de lo que hay en el servibar de un pequeño pato que lucha por no sufrir de desnutrición.

Esta mañana vi: 6 leches Hersheys de chocolate, 6 coca colas de lata, 400 gr. de queso Gouda, 300 gr. de jamón ahumado, 100 gr. de jamón serrano, 4 yoghurts para beber de fresa, 2 yoghurts para beber de piña con coco, 200 gr. de salchicha, 1 frasco de mermelada de fresa, 6 chocolates Milkyway, 2 paletas Magnum de Almendras, 400 gr. de chocolate enjambre de nuez, 3 cajas de Kinder Chocolate y 1 litro de helado de Baileys.

Se que debería de comprar una despensa en forma, pero mientras coma y cene en la oficina, el servibar solamente servirá para esos pequeños antojos... y el desayuno.