viernes, octubre 28

Convocatoria

A todos los lectores, se les informa que el próximo día 5 de noviembre, se hará una reunión (en donde platicaremos de temas banales), tour culturoso y beberecua (si es que nos dejan subir con nuestros respectivos pepsilindos/sabrimágicos/cantimploras/botas/bolsasdeplástico/etcétera).

Para que irse a Acapulco, Cancún, Valle de Bravo, Tequisquiapan, Cuernavaca, Oaxtepec, El Rollo, etc. si pueden asolearse en las majestuosas y silenciosas calles del Distrito Federal; sobre un camioncito muy coqueto®.

El Tour contara con la presencia de personalidades de la blogosfera, una que otra estrella del canal de las estrellas, alguna colombaina y el estrello.

P.D. Solo Lulú Marina se ha puesto sus moños; alegando que tiene una agenda muy ocupada. Por favor vayan a su página y tratenla de convencer.

jueves, octubre 27

Crónicas Malditas III

Ya llevábamos una semana en Colombia, y yo seguía comiendo solamente carne asada y pechugas asadas. No fui capaz de desayunar arepas ni un solo día. Con decirles que ni la Colombiana, ni el Postobón (refrescos nacionales) me gustaron. Solo comía cierto tipo de galletas de la Noel y punto final.

Esa mañana nos despertamos muy temprano y llegamos a la televisora. La mamá de Ed nos esperaba con Aby; la pequeña niña de apenas 11 ó 12 años estaba ya vestida de charra y lista para entonar algunas canciones. El conductor la presentó como una estrella mexicana y la pequeña se arranco; la sorpresa vino cuando nos dimos cuenta que Aby estaba cantando “te quedó grande la yegua”. No es que no nos gustara la canción, pero no creo que una niña de 11 años sepa exactamente de que trata esa canción. 1 melodía más y nos fuimos a un corte.

Le solicitaron a Aby cantar otra canción, pero esta vez la petición de la “supuesta” estrella fue que su mamá la cantara con ella. Lucy (la mamá) se negó rotundamente alegando que iba en fachas, como para salir en cadena nacional.

Esa misma tarde fuimos al centro y había una señorita colombiana vendiendo obleas gigantes (25 cm. de radio). Rápidamente pensé en las obleas con cajeta y pedí una. Ed y Jorge me dejaron acercarme y miraron como hacía mi pedido.

Quack: Una oblea por favor.
Vendedora: ¿Con arequipe?
Quack: No gracias, solo con cajeta.
Vendedora: ¿Cajeta? No se que sea eso, pero no tenemos, ¿le echo coco rayado o salsita sabor mango?
Quack: No gracias, me quedo con mi oblea al natural.

Ed y Jorge esperaron a que me terminara mi oblea y pidieron las suyas. En ese momento me di cuenta que tenían muchísima cajeta; enojado reclamé a la vendedora que a mi me había dicho que no tenía cajeta, a lo que me contestó: “pero si a las de ellos solo les eché arequipe”. Esa fue la sexta vez que quería algo y a los colombianos se les ocurría ponerle otro nombre.

Enojado me fui a la tiendita más cercana en busca de bombones. Pinches antojos que tenía por la simple razón de no haber comido nada. Ento a la tienda y solicito una bolsa de bombones. ¿Bombones? Eso, ¿qué es?... cansado de explicar que eran unas confituras pachoncitas y de que me miraran con cara de “colombiano que no entiende” (si, los colombianos son recagados cuando no entienden algo) y después de muchos “¿cómo así?” decidí preguntar si tenían “marshmallows”; a lo que una niña de 8 años dijo como quien adivina la película en el juego de “díganlo con mímica: “MASMELOS, EL MEXICANITO QUIERE MASMELOS”. Mi cerebro no daba lugar a semejante traducción barata. Pague los masmelos y me fui a la casa.

A los días fuimos a un parque de diversiones donde la atracción era darle de comer a los animales de la granja. Al inicio Ed compró bolsas de zanahoria para que Jorge y yo también nos divirtiéramos como enanos. Creo que esta de más decir que gracias a que nuestras manos apestaban a zanahorias, a mi me mordió una cabra y a Ed, por culero y solo darle de comer a los animales bonitos, lo escupió una llama.

Ese día llevaba alrededor de 24 horas sin tener una comida sólida y rica. Ya se acercaba la hora de irnos, y dije que no iba a esperarme a la hora de la cena, seguramente iban a hacer sancocho (una comida típica de Colombia que tiene plátano) y yo no estaba de humor como para sancocho o arepas. Me acerqué a la zona de comida y encontré un restaurante que vendía nuggets de pollo.

Hice mi pedido de 20 nuggets, a lo que la señorita me dijo que ya solo le quedaban 7. Sírvamelos y cóbrese. La señorita se acercó con mi plato de 7 nuggets, a los que tristemente les había echado encima MIEL DE ABEJA. Me cago, la primer comida que se me había antojado y la estúpida me la sirve ¿con MIEL?. Nuggets a la basura y solo me comí las papas a la francesa (gracias a Dios no se les ocurrió ponerle algo a esas, porque me hubiera quedado sin comer nada).

¿Ligaremos?, ¿entenderemos el significado bizarro del algo?, ¿habrán primas guapas y amigas lindas en el Parque Yeras?, ¿confundiremos un arbolito con un baño?, ¿encontraremos cerveza Indio en Medellín?... hasta mañana.

miércoles, octubre 26

Crónicas Malditas II

Fuimos los primeros en salir del avión, pero Jorge tenía que hacer una escala técnica en el baño. Ed se echó agua en el pelo y 10 minutos después estábamos camino a la aduana.

Haciendo la fila para mostrar nuestros documentos en la aduana, decidimos que estábamos en Colombia por alguna razón: buscar mujeres guapas. Así iniciamos el conteo. En ese momento no nos imaginábamos que para el final del viaje toda la familia estaría apoyando el conteo.

Salimos del aeropuerto y nos estaba esperando una comitiva de 14 personas. Yo caminé a la salida y nadie me peló, realmente nadie de la familia colombiana sabía quien era yo. Arreglamos las maletas en el techo de una Combi y nos enfilamos a la casa de los “papitos” (abuelos).

Sobra decir que tuve problemas para entender el significado de algunas palabras; que las arepas no me gustan, que el sancocho me daba asco y que los chuzos simplemente no los toleraba.

El primo nos invitó una noche a salir a rumbear al antro más play de Medellín. Salimos muy guapos los 4 (hombres) solos. Llegamos a Mangos (el mejor antro de Medellín con el cover más caro y las mejores niñas, ja, pobres ilusos). Total que no sabíamos cuanto dinero llevar, por esa razón echamos una cantidad considerable de pesos colombianos, dólares y tarjetas de crédito a la cartera.

Llegando nos formamos en la fila de acceso y rápidamente solicitamos “la mejor mesa”. Preguntamos al Primo qué era lo que tomaba cuando salía con sus amigos, a lo que él contestó que “aguardiente”. Abssolut por favor, ¿no hay?, ¿Tequila Don Julio?, ¿tampoco?, ¿qué es lo que tiene?, la mesera (guapa) contestó: “Bacardi, Terry, Oso Negro y Buchanan’s”.

Nos miramos y al unísono pedimos una botella de Buchanan’s; la mesera se sorprendió y rápidamente fue por nuestra solicitud. A los 5 minutos ya estaban en nuestra mesa 3 diferentes meseras con una botella de whisky, una cubeta de papas fritas (estilo Patatinas®), un plato con manzana, mango, melón y uvas; y 4 vasos de plástico (estilo fiesta infantil, de los que necesitan liquido dentro para no deformarse al tomarlos).

Si de por si la cubeta de papas era raro para nosotros, el plato de frutas y las 3 meseras nos hizo darnos cuenta que éramos clientes VIP, porque ninguna otra mesa tenía un trato igual. Estábamos “conformes” con todo, menos con los pinches vasos. Al servir la primera ronda ya habíamos roto 2 de ellos. Le llamé a la mesera y con un tono burlón le solicite vasos “normales”, por lo menos de plástico rígido o de vidrio. Ella muy amable me explicó que no daban vasos “de verdad” porque en la borrachera los colombianos suelen lanzarlos. Después de una negociación obtuvimos nuestros vasos “normales”, de vidrio y toda la cosa.

Ya entonados y con la cuenta de niñas guapas en 48, decidimos tratar de “ligar” un poco. Miradas encontradas y sonrisa sexy hizo a una señorita acercarse a la mesa y sacarme a bailar (cabe aclarar que era la primer vez que escuchaba un poco de Reggueton). Acto seguido me levanté y “traté” de seguirle el ritmo. Media canción después, dejó de retallar su cuerpo contra el mio y me confesó que era un inepto y que se le hacía raro que no supiera “bailar”. Le expliqué que era mexicano y ella prefirió seguir su camino con un hijo de la madre Colombia. Regresé a la mesa en medio de burlas y gritos.

Ed fue el segundo en ser sacado a bailar y corrió con la misma suerte que yo, solo que la niña en cuestión se quedó bailando con el Primo un rato más. Jorge jamás de levantó de su silla.

Se acabó la botella y con ella la magia de la rumba de Medellín. Si vimos niñas muy guapas y estrellas de televisión de aquel país tomando aguardiente en vasos de plástico. Pedimos la cuenta y llegó.

El Primo vio la cuenta y dijo que era muchísimo dinero, por esa razón quisimos pagar con tarjeta y evitarnos las molestias de contar pesos colombianos en la mesa. Las 2 tarjetas de American Express no pasaron, BBVA Bancomer y HSBC corrieron con la misma suerte. Efectivo colombiano no alcanzaba por 3,000 pesos colombianos (el cover fue de 12,000 por persona). Al final y después de negociar con el gerente del lugar le di a la mesera 75 dólares con todo y propina.

Salimos del antro temprano, a la mañana siguiente teníamos que ir a la televisora, porque alguien iba a cantar en cadena nacional.

¿Quién cantará?, ¿Jorge bailará con alguna colombiana?, ¿comeré algún platillo típico?, ¿a quien de los viajeros le dará diarrea en una cabalgata?, ¿contestaré las preguntas del post anterior?, ¿nos acabaremos las tarjetas telefónicas de un pueblo?, ¿fumaré un cigarro para ligar?, ¿nos abordaran colombianas guapas en la calle?... mañana les cuento.

martes, octubre 25

Crónicas Malditas I

Era un verano cualquiera, Ed me invitó a su viaje familiar a Medellín; como iba a negarme si no tenía plan para ese verano. Su mamá, papá y hermana menor se fueron en avanzada; nosotros: Ed, Jorge y yo llegaríamos una semana después.

La noche antes del viaje decidimos ir a cenar los últimos tacos que comeríamos en 3 semanas. Jorge comió con singular alegría sin pensar en las repercusiones que eso tendría. Pasamos después a la plaza de Coyoacán por un café y nacaditas®. Al regresar a mi casa eran las 11:30 p.m., Ed y yo nos fuimos a mi cuarto a hacer llamadas y despedirnos, mientras que Jorge hizo una “escala técnica” en el baño.

Media hora después Jorge emitió un sonoro grito mientras abría abruptamente la puerta:

Jorge: Quack, ¿me pasas una jerga?
Quack: ¿Para qué?
Ed y Quack se asoman para ver que estaba sucediendo.
Ed: No inventes, ¿qué pasó?
Jorge: Creo que se tapo el baño.
Quack: (mientras corre por una jerga) No mames Jorge.
Abuela de Quack: (despertándose y mirando el pequeño accidente) ¿Qué pasó aquí?
Jorge: El baño se tapó.
Ed y Quack: Jajajajajaja
Abuela de Quack: Si, pero ¿qué le echaste?
Cerebro de Jorge: Mierda
Cerebro de Ed: Seguramente los tacos llenos de salsa que se acaba de chingar.
Cerebro de Quack: Jajaja… Jajaja… Kilo y medio de caca!!!!

Jorge: Lo normal.
Abuela de Quack: Perdóname, pero con lo normal no se tapa el baño.

Así Jorge pasó los siguientes 25 minutos limpiando sus propios y desbordados desechos.

A la mañana siguiente Any pasó por nosotros y nos llevó al aeropuerto. Jorge no se había rasurado en los últimos días, y traía una piochita el día del vuelo; razón por la cual acentuaba más su parecido con un conocido religioso cuyo nombre conocerán más adelante.

Rápidamente nos formamos en la fila para documentar el equipaje y lo primero que nos preguntaron fue: ¿llevan algún objeto prehispánico o antigüedad? Mis neuronas hicieron sinapsis y lo primero que me vino a la mente fue: no, pero Juan Dieguito viene con nosotros (señalando a Jorge), ¿cree usted qué haya algún problema? o tengo que pedir permiso de exportación.

Nos dieron nuestros asientos y nos enfilamos a comer un poco, pasamos a comprar playeras en el duty free e hicimos “tiempo” sin darnos cuenta que ya era hora de abordar y nuestra sala era la última del pasillo. Nos vocearon y tuvimos que correr “botellas de tequila/playeras/maletas/bolsas en mano”.

Entramos al avión a 30 segundos de que cerraran la puerta y nos dimos cuenta que nuestros asientos no estaban juntos. Sin más el avión se enfiló a nuestro primer destino: PANAMÁ.

A escasos 5 minutos de aterrizar y viendo las “hermosísimas” playas de dicha Ciudad, Ed comenzó la conversación más profunda de su vida. Con una población en el avión de 70% panameños, sucedió lo siguiente:

Ed: Oye, y ¿qué es lo que hay que hacer en Panamá?
Quack: Ir a ver las esclusas e ir de compras.
Ed: Y las esclusas, ¿están guapas?

¿Qué pasará en el episodio II de Crónicas Malditas?, ¿Ed se enamorará de una esclusa? ¿Jorge tapará el baño de algún famoso hotel de Medellín?, ¿mi abuelita comprará un retrete industrial para las visitas de Jorge?, ¿habrán encarretes malucos?, ¿hará este famosísimo trío una apuesta para esas vacaciones?, ¿quién besara a la primera colombiana?, ¿la familia los esperará en el aeropuerto con bombos y platillos?, ¿alguno de los 3 saldrá en la televisión colombiana cantando?... les cuento mañana.

jueves, octubre 20

El secuestro de Dafne

Sabía que los secuestradores no respetaban género, cuando vi que indistintamente secuestraban a personas o personitas de sexo masculino o femenino.

También sabía que tampoco se fijaban en la edad, cuando vi que había niños recién nacidos secuestrados de su cunero y abuelitos octogenarios después de recibir su pensión.

También, era de mi conocimiento que no importaba el número de secuestrados, los hay virtuales (sin secuestrado), individuales y colectivos.

Supuse que no importaba tampoco el status social cuando me enteré que había secuestros con rescates desde 100 pesos.

Todos sabemos que tampoco importa la actividad que realizan, secuestran indistintamente amas de casa, estudiantes, profesionistas, jornaleros, dueños de empresas y hasta a estrellas de la televisión y a sus familiares.

Recapitulando, a los secuestradores no les interesa:

Ni el género, ni el número, ni la edad, ni el nivel socioeconómico, ni la actividad... todo esto me parece normal, pero que no se fijen ni en la ESPECIE. Eso si me hace reír.
Otra cortesía de Reforma.com.
"A la compañía le preocupa que muy cerca de West End está el Barrio Chino de Londres, famoso por su platillo pato Peking."

martes, octubre 18

Colectas

Paola sueña con que hagamos un Paolatón para poder ir a visitar a Memito a Alemania.

Aquí una idea sincera y original contesía de TTO

lunes, octubre 17

Post Data

... es roja/red

fin.

...

Un año de magia sin el Conejo Blass
Un año de reuniones sin AA
Un año de viajes sin travelers checks
Un año de sorpresas sin Kinder®
Un año de regalos sin Santa Claus
Un año de besos sin Hershey's
Un año de regaños sin mi mamá
Un año de llamadas sin Ladafon
Un año de correos sin el Servicio Postal Mexicano
Un año de conexión sin Infinitum
Un año de metanoias sin la guía de un Dalai Lama
Un año de tours sin Turibus
Un año de sólo una sin Sabritas
Un año de sueños sin Nytol
Un año de lágrimas sin The Notebook
Un año de diversión en casa sin Bloskbuster
Un año del cariño de siempre sin Bimbo
Un año viviendo el momento sin Carta Blanca
Un año de Lus sin CFE

Un año de ti… Gracias

La boda y… el estrello®

Se que los fans de Ana Lucía se enojarán conmigo por usar una frase de el motivo de su insomnio, pero estaba pensando en hacer un post sobre la boda del sábado pasado y decidí no poner fotos coquetas (por la simple y sencilla razón de que no puedo domarlas para ajustarles el tamaño).

En este texto habrán algunos quemados, y esperamos sus muestras de ardor en los comentarios; dicho esto tendré que comenzar conmigo. Alguna vez me alacié el pelo. Fin. Si, se que todos piensan que es la cosa más gay del mundo, otros dirán que los metrosexuales tienen una jotita escondida en la bolsa izquierda del pantalón, y no faltará el que diga “que bueno que lo hiciste pinche Quack, tus greñas son de por si horribles como para que las tengas aplacadas todo el tiempo”.

Mi “pareja” en la boda era la pequeña Aby, de tan solo 13 primaveras y hermana de uno de mis mejores amigos. Cabe destacar que no me peló en toda la noche, y eso no fue motivo de discusión, es más, al inicio de la velada me preguntó si podíamos invital al Roy (su novio) y contesté que si. Ponzo llegó peinado con más estilo que la novia, me confesó que tardó una hora en lograr acomodar su cabellera, y solo lo pudo hacer gracias a la secadora y las tenazas de su mamá.

Ed, el hermano de Aby, y exnovio de la novia (ahora esposa de otro) llegó al Rancho® a solo 10 minutos del inicio de la boda, razón por la cual llegó a media misa, sin caballo blanco, sin triciclo, sin carretilla, sin tanga y sin gritar un “yo me opongo”; como mucho de los presentes habían soñado solo para hacer más amena la misa.

Quack salió de la misa para acompañar a Ponzo, seguido por las miradas de su ex, que para este momento ya no solo era parte de los invitados, sino que además estaba perdida o recluida en la última fila de la iglesia. Quack saludo a la señorita T, mejor conocida en el bajo mundo como el cuerno de la ex (ella jura, pero la verdad es que no).

Botellas de litro y medio que no tienen fin, un vals que no se olvida mientras montábamos un caballo de carrusel, idas express a saludar al antro y de regreso. Compras de boletos de camión de segunda, mensajes de celular para tirar patadas que nunca se consumaron (aquí no diré quien fue y dejaré que solita se queme esa persona), hermanas que se duermen temprano, falta de dinero para el cover, cajeros sin efectivo, gasolineras sin gasolina y tacos de pastor que nunca llegaron.

Sin más, la boda de la polla fue fenomenal. Edwin no tomó nada, Ponzo demostró que se puede ser lo suficientemente gay con 20 centímetros de cabellera. Mhonier y su novia agandallaron dos mesas. Melón llegó tarde a la misa y era madrina. Johan no tenía dinero para regresarse. Aby no tenía a su novio y se aburrió con su prima. Ar demostró que puede llegar a cada boda con un galán diferente. Luz presentó a su nuevo galán. Y Quack… Quack solo le dijo felicidades al novio y le dio la mano dos veces.

Gracias Polla por reunir a este grupo de individuos otra vez…

jueves, octubre 13

Recuerdo

Que siempre luchó (en vano) por que nos obligaran a comer en la mesa.
Sus regaños por ver la tele tan cerca.
Que siempre me regañaba por tener prendidas las dos teles (la tele y el monitor de la computadora).
Su gracia y energía al comer un mango.
Su gusto por la coca cola sin gas.
Sus historias de Claudia y la vez que la salvó de que la atropellaran.
Como extrañaba a todas las personas que había dejado en El Salvador.
Sus aventuras con la Licha.
Las interminables historias de su periquito.
Que cuando tenía el pelo largo preguntó: ¿quién era la señorita que estaba en la puerta?
Y como día a día, sin importar lo fachoso, mugroso y despeinado que me veía; siempre me decía que era muy guapo (a ella le debemos mí elevada autoestima).
Las veces que ya listo para dormir, la escuchaba rezar en voz alta y me hacía llorar.

La recuerdo… fuerte… entera… y con esa sonrisa.

Tus hijas, nietas y bisnietos te recuerdan con cariño

miércoles, octubre 5

Endless

Hoy he pasado mis horas laborando “arduamente”, tratando de avanzar lo más que se pueda en la auditoria financiera de un proyecto de la empresa. El proyecto ha tenido más de 27 meses de actividad y muchos ingresos y egresos semanalmente. El número total de filas usadas en Excel es de 6785 (son un chingo de transacciones diferentes que hay que ordenar, priorizar, clasificar, corroborar y validar por 3 personas diferentes y además darle, yo, mi visto bueno). Si no es por una razón, es por otra y termino volviendo a empezar el archivito.

En algún momento del día abrieron las cortinas que están detrás de mi lugar de trabajo, la verdad, mi lo noté. Estuve entrado en la validación del penúltimo mes y no me di cuento del paisaje que me estaba perdiendo. Después de la comida, una señorita que labora conmigo me comentó: "Ya vio licenciado, que bonita se ve la Ciudad el día de hoy desde su lugar de trabajo".

Sin voltear mi cara, lo único que veía era un archivo que no tiene fin, 3 conversaciones de MSN que no había pelado en los últimos 45 minutos, plumas, lápices, memorias USB, mi lista de números importantes, un memo que me dejó mi jefe antes de irse de vacaciones, mi celular, el NEXTEL y un frasco de 350 gr. de Nutella®.Al voltear; la vi, inerte, sobria y distante.

El paisaje me hacía sentir vivo; lejos de La Ciudad®, en un oasis de calma y tranquilidad. Sin el murmullo del viento y solamente el sonido de los aviones que pasan cerca me hacen recordar que estoy en una ciudad de más de 17 millones de habitantes. Olvido los números y disfruto el momento. Tomo la cámara e intento captar el instante de paz. No lo logro. Los verdes de los árboles no los capta la resolución de la cámara. No capta la brisa que entra por la ventana y llena mis pulmones de un aire que si bien no es el más puro, me provee el oxigeno necesario para disfrutarlo. Las ramas se mueven y los escasos pájaros emiten un sonido que si no es primaveral, me recuerdan que no estoy solo.

Mis ojos se nublan y un sentimiento que no recordaba emerge, me siento parte del mundo otra vez. Como me sentí en mi primer viaje solo al detener el auto y caminar por verde musgo de un bosque perdido en una carretera demasiado ruidosa. Todos los vehículos pasaban a más de 80 km/h, no me notaban, estaba ahí, parado, disfrutando al mismo tiempo la soledad y la compañía de mi otro yo, un yo que se pierde seguramente detrás de mi rodilla derecha, un yo que no es materialista, ni capitalista, ni inteligente, ni preocupado, ni astuto, ni perfeccionista.

Es un yo en paz; tranquilo, seguro, indiferente a los demás, apegado a la vida y a si mismo. Es un yo que no conoce el ayer, ni el mañana; solo esta al pendiente de sentir el preciso instante que está transcurriendo.

Así, sin más… disfruté 15 minutos de mi otro yo… que como se muestra en la foto… esta disfrutando el paisaje; mientras yo, trabajo.

martes, octubre 4

El tiempo pasa

¿Y no te puedo olvidar? NAAAAAAAAAAA!!!!

Estos últimos días han pasado cosas… mmm… chistosas… en las reuniones familiares.

Mi bisabuela tiene chorrocientos años (la verdad nunca he preguntado bien) y ya la señora no ve bien (ni con lentes) y no escucha bien (ni con sus aparatos, que regularmente apaga (porque es una mañosa)).

Lau: Bisi, ¿qué fruta te gusta?
Bisi: Me gusta la coca.
Lau: Pero de frutas Bisi, ¿te gusta el pepino?
Bisi:
Lau: ¿Te gusta la papaya?
Bisi:
Lau: ¿Te gusta el mango?
Bisi:
Bola: Si mamá, a usted le gusta el mango.
Bisi:
Mil: Bisi, y a ti, ¿te gusta la gasolina?
Bisi: SI, SI ME GUSTA.




Hermano 2 recostado en el sofa

Hermano 1: Bolita a Hermano 2!!!!
Zaz, Pun, Chaz, Cuaz.
Hermano 2: Aaaaaaaaaaaaa!!!!
Hermano 1: ¿te duele algo?
Hermano 2: No, pero confírmenme qué es lo que esta en mi mano izquierda
Voz: A ver, muevela.
Hermano 2 muy obedientemente mueve su mano.
Voz: Son mis huevos.

De inseguridad, borrachos, maricones y pendejos

Si… tengo el ojo morado
Si… me madreo un borracho
Si… me agarro desprevenido y por detrás (sin albur)
Si… los de seguridad lo “sujetaron” “fuertemente” cuando empezó a molestar
Si… me indigna que sea el amigo del novio de una amiga (no es tan complicado)
Si… me vengaré
Si… del novio de mi amiga también

Y si… terminé de escribir esto y sigo teniendo el ojo morado.


Lo divertido es cuando a mitad de una junta importante me preguntan que me pasó. Yo simplemente contesto fui víctima de la inseguridad de la Ciudad de la Esperanza

Más divertido es cuando la señorita del Sushi del Superama me pregunta que me pasó y le contesto que me quisieron cobrar de más en otro lugar y no me dejé.