El primo… GRANDE
Tequis conserva la mágia que tenía cuando a mis 15 años íbamos a “La Cuarta”. El centro cumple con su función de hacerme sentir que estoy haciendo “lo que quiero”.
“La Cuarta” es un lugar que sigue existiendo, pero esta vez caí en la casa de Agüe. Listo para abrir el portón estaba Juano (a quién no veía desde la boda de Pol) y verlo me recordó los veranos que pasó en la casa de Poza trabajando en Ártico (la fábrica de hielos de mamá).
Los siguientes en recibirme fueron Rodri y Miranda.
Rodri tiene un parecido extraordinario con un Quack que no veía desde hace más de 20 años. Rodri es el vivo retrato de mi abuelo, y por ende… el mío. Baila, interrumpe las conversaciones para dar su punto de vista; y carga con una maleta de llantitas al estilo de Linus y su mantita.
Miranda es espectacular; tiene 3 años y medio y es imposible no ponerle atención a todas las ocurrencias que tiene a lo largo del día. Me ayudó a ganar la competencia de croquet, se preocupó muchísimo porque me fuera a dormir temprano y estuvo echándome porras para ganar el juego de turista (aún cuando su hermano y papá trataban de hundirme a como diera lugar).
Miranda: Mamá, ¿cómo se llama mi primo… grande?
Clau: Germán
Miranda: Ah, si… Gelmán… … como el GEL.
Checho: Mira Rodri, Nemo es un pez payaso.
Rodri: No papá, Nemo es un pez naranja.
Miranda: No Germán, tú no tienes que platicar con ellos, tú todavía no eres papá.
Miranda: Germán, hazle como tigre.
Germán: Rawrrrr
Miranda: Muy bien, yo soy un tigre.
Germán: Entonces, ¿somos tigres?
Miranda: No, tú eres un gusanito bonito.
Rodrí en algún momento detuvo nuestro partido de fútbol mientras gritaba: “Germán… Germán… te traje la sopa”; y si, tuve que “comerme” la sopa que él y Miranda me habían preparado.
Bruno es más grande, tiene 7 años y se divierte con otras cosas; está aprendiendo a negociar y le encanta jugar Turista. Checho, Juano y yo nos destrozamos en la negociación y él se aprovechó de que los 3 nos quedamos con el 80% del mundo, pero sin dinero. Su frase del fin de semana fue: “tío, te voy a dejar que caigas en mis países y no te voy a cobrar; porque eres muy pobre”.
Y así pasó el fin de semana… entre risas y recuerdos de bromas que mis tíos me hacían cuando era pequeño.
“La Cuarta” es un lugar que sigue existiendo, pero esta vez caí en la casa de Agüe. Listo para abrir el portón estaba Juano (a quién no veía desde la boda de Pol) y verlo me recordó los veranos que pasó en la casa de Poza trabajando en Ártico (la fábrica de hielos de mamá).
Los siguientes en recibirme fueron Rodri y Miranda.
Rodri tiene un parecido extraordinario con un Quack que no veía desde hace más de 20 años. Rodri es el vivo retrato de mi abuelo, y por ende… el mío. Baila, interrumpe las conversaciones para dar su punto de vista; y carga con una maleta de llantitas al estilo de Linus y su mantita.
Miranda es espectacular; tiene 3 años y medio y es imposible no ponerle atención a todas las ocurrencias que tiene a lo largo del día. Me ayudó a ganar la competencia de croquet, se preocupó muchísimo porque me fuera a dormir temprano y estuvo echándome porras para ganar el juego de turista (aún cuando su hermano y papá trataban de hundirme a como diera lugar).
Miranda: Mamá, ¿cómo se llama mi primo… grande?
Clau: Germán
Miranda: Ah, si… Gelmán… … como el GEL.
Checho: Mira Rodri, Nemo es un pez payaso.
Rodri: No papá, Nemo es un pez naranja.
Miranda: No Germán, tú no tienes que platicar con ellos, tú todavía no eres papá.
Miranda: Germán, hazle como tigre.
Germán: Rawrrrr
Miranda: Muy bien, yo soy un tigre.
Germán: Entonces, ¿somos tigres?
Miranda: No, tú eres un gusanito bonito.
Rodrí en algún momento detuvo nuestro partido de fútbol mientras gritaba: “Germán… Germán… te traje la sopa”; y si, tuve que “comerme” la sopa que él y Miranda me habían preparado.
Bruno es más grande, tiene 7 años y se divierte con otras cosas; está aprendiendo a negociar y le encanta jugar Turista. Checho, Juano y yo nos destrozamos en la negociación y él se aprovechó de que los 3 nos quedamos con el 80% del mundo, pero sin dinero. Su frase del fin de semana fue: “tío, te voy a dejar que caigas en mis países y no te voy a cobrar; porque eres muy pobre”.
Y así pasó el fin de semana… entre risas y recuerdos de bromas que mis tíos me hacían cuando era pequeño.
1 Comments:
Jaja que buenas anécdotas mi estimado, siempre está la familia lejana para hacernos el finde.
Sigue escribiendo, aunque sea en lunes.
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