El plan “Semana Santa”

Empezó con un vámonos a Las Vegas, y mira que he confesado sobrio que un “Viva Las Vegas” sería lo único que acabaría con mi soltería (al menos legal); porque si hay algo mejor a que te case el párroco del pueblito donde naciste, o un obispo, arzobispo, capitán de barco, presidente municipal, juez cualquiera y hasta el Papa… es que te case el Rey. Y es simplemente porque mataría por una experiencia vestido de blanco con patillas y caminando al altar al ritmo de Can’t help falling in love with you, y salir de ahí al ritmo de Devil In Disguise. Aunque sea para pedir la anulación al día siguiente… o no!, pero ese es tema de un post que algún día escribiré.

Era muy bueno para ser verdad, pero la falta de unos días adicionales en K de vacaciones hacía que el costo se incrementara sustancialmente; por lo que decidí cambiar un poco el plan.

Azúcar era un plan de relajación, un Hotel Boutique veracruzano, lejos de la oleada de vacacionistas y lleno de masajes y tiempo para meditar era tal vez “the best plan ever!”. Las pocas habitaciones estaban ya reservadas; y mi llamada de último momento demostró una vez mas que lo mejor no siempre son los planes de último momento.

Así fue que me decidí por un “romantic get away a Poza”. Con un nulo “romantic”, un largo “get away” y el siempre presente “Poza”.

La familia esta acampando (como lo vienen haciendo religiosamente en los últimos años) y yo me voy a quedar a cuidar la casa y a disfrutar de mis visitas esporádicas a la playa, hacer ejercicio a más de 35° C y a refrescarme un poco en la alberca.

-Dating- me hubiera encantado, pero cuando la niña en cuestión sale con el amigo de un Quack en cuestión, se vuelven personas mutuamente excluyentes; y es mas por un tema de cordialidad que otra cosa. Pero como me encanta venir a confesarme aquí; se los digo, me encanta enamorarme de ella por temporadas, porque si, Quack en un pato enamoradizo y recurrente.