De visita

No cabe duda, que si hay algo importante en nuestras vidas, son los amigos. Este fin de semana nos hizo el favor de venir a visitarnos el pequeño Toño, Toñito, Ñito, Ponzo (o cómo le quieran decir) directamente desde Houston, con su noviecita Vanessa (la alemana, especifico para que asocien y no lo confundan con mi hermano Toño).

Pese a los percances del viernes, en que no pudo entrar a Chapultepec, y yo lo estuve esperando en el Castillo, que nos perdimos una hora tratando de encontrar la casa de su tía y que el lugar al que íbamos a precoopera no abrió, todo estuvo de lujo.

La verdad yo esperaba otra cosa (tal vez más días para hacer y deshacer a gusto o irnos todos en bola a Poza, como lo habíamos planeado todos para el próximo fin de semana) pero nos tuvimos que conformar con las 26 horas que lo tuvimos en el D.F.

Todos quisieron enseñarle palabras y frases a Vanesa para que no se fuera si conocer el florido léxico de los mexicanos. Desde el tradicional “no mames”, hasta el naquísimo “qui’hubo culo”. Por lo menos el “no mames” le salió perfecto una vez. Les diré que entre mis pasatiempos favoritos esta molestar a mis amigos, y que mejor si su novia se une a mi, o viceversa.

Me dio mucho gusto ver a mi amigo, que conozco desde primer año de primaria (donde éramos rivales de amores por una tal Fabiola, que ahora nadie pela). Y desde ahí, se volvió en uno de mis inseparables amigos, con los cuales he vivido cosas como primeros permisos para sacar el coche e ir a dar la vuelta (teníamos 14 y 15 años, y se me apagaba el coche a cada rato), borracheras en mi casa, juegos de hockey sobre ruedas, primeras idas al antro, hacernos el paro con unas niñas que están bailando juntas, idas a la playa, juegos de Nintendo, confesiones de cualquier índole, decepciones amorosas; en fin, creo que es la persona con la que he pasado más tiempo y que no es de mi familia.

Para resumir, Toño y Vanessa me hicieron el fin de semana

Se que tal vez Naz, la polla, Edwin, Gilberto, Alan, Enrique, Gaby, etc. (lista enunciativa más no limitativa) dirán que por qué no hablo de ellos también; pero es Toño, solo lo veo una vez al año y la mitad del tiempo estamos ebrios. Además de que por fin conozco a Vanesa, después de mucho tiempo de estarme hablando de ella.

Realmente fue muy enriquecedor darme cuenta dentro que todavía recuerdo gran parte de lo que me enseñaron en la primaria. Nunca imagine recordar que Morelos redactó los “Sentimientos de la Nación”, o que el último virrey fue Don Juan O´Donojú. Aún cuando la colonia donde trabajo se llama Lomas Virreyes. En fin, me la pasé muy bien, retando a mi cerebro a recordar datos que no le había pedido hace mucho tiempo, y por lo visto no los cambió por el peso atómico de Cesio, la rentabilidad de un proyecto de Habitum, o ya de plano por frases celebres de Homero Simpson.