miércoles, octubre 26

Crónicas Malditas II

Fuimos los primeros en salir del avión, pero Jorge tenía que hacer una escala técnica en el baño. Ed se echó agua en el pelo y 10 minutos después estábamos camino a la aduana.

Haciendo la fila para mostrar nuestros documentos en la aduana, decidimos que estábamos en Colombia por alguna razón: buscar mujeres guapas. Así iniciamos el conteo. En ese momento no nos imaginábamos que para el final del viaje toda la familia estaría apoyando el conteo.

Salimos del aeropuerto y nos estaba esperando una comitiva de 14 personas. Yo caminé a la salida y nadie me peló, realmente nadie de la familia colombiana sabía quien era yo. Arreglamos las maletas en el techo de una Combi y nos enfilamos a la casa de los “papitos” (abuelos).

Sobra decir que tuve problemas para entender el significado de algunas palabras; que las arepas no me gustan, que el sancocho me daba asco y que los chuzos simplemente no los toleraba.

El primo nos invitó una noche a salir a rumbear al antro más play de Medellín. Salimos muy guapos los 4 (hombres) solos. Llegamos a Mangos (el mejor antro de Medellín con el cover más caro y las mejores niñas, ja, pobres ilusos). Total que no sabíamos cuanto dinero llevar, por esa razón echamos una cantidad considerable de pesos colombianos, dólares y tarjetas de crédito a la cartera.

Llegando nos formamos en la fila de acceso y rápidamente solicitamos “la mejor mesa”. Preguntamos al Primo qué era lo que tomaba cuando salía con sus amigos, a lo que él contestó que “aguardiente”. Abssolut por favor, ¿no hay?, ¿Tequila Don Julio?, ¿tampoco?, ¿qué es lo que tiene?, la mesera (guapa) contestó: “Bacardi, Terry, Oso Negro y Buchanan’s”.

Nos miramos y al unísono pedimos una botella de Buchanan’s; la mesera se sorprendió y rápidamente fue por nuestra solicitud. A los 5 minutos ya estaban en nuestra mesa 3 diferentes meseras con una botella de whisky, una cubeta de papas fritas (estilo Patatinas®), un plato con manzana, mango, melón y uvas; y 4 vasos de plástico (estilo fiesta infantil, de los que necesitan liquido dentro para no deformarse al tomarlos).

Si de por si la cubeta de papas era raro para nosotros, el plato de frutas y las 3 meseras nos hizo darnos cuenta que éramos clientes VIP, porque ninguna otra mesa tenía un trato igual. Estábamos “conformes” con todo, menos con los pinches vasos. Al servir la primera ronda ya habíamos roto 2 de ellos. Le llamé a la mesera y con un tono burlón le solicite vasos “normales”, por lo menos de plástico rígido o de vidrio. Ella muy amable me explicó que no daban vasos “de verdad” porque en la borrachera los colombianos suelen lanzarlos. Después de una negociación obtuvimos nuestros vasos “normales”, de vidrio y toda la cosa.

Ya entonados y con la cuenta de niñas guapas en 48, decidimos tratar de “ligar” un poco. Miradas encontradas y sonrisa sexy hizo a una señorita acercarse a la mesa y sacarme a bailar (cabe aclarar que era la primer vez que escuchaba un poco de Reggueton). Acto seguido me levanté y “traté” de seguirle el ritmo. Media canción después, dejó de retallar su cuerpo contra el mio y me confesó que era un inepto y que se le hacía raro que no supiera “bailar”. Le expliqué que era mexicano y ella prefirió seguir su camino con un hijo de la madre Colombia. Regresé a la mesa en medio de burlas y gritos.

Ed fue el segundo en ser sacado a bailar y corrió con la misma suerte que yo, solo que la niña en cuestión se quedó bailando con el Primo un rato más. Jorge jamás de levantó de su silla.

Se acabó la botella y con ella la magia de la rumba de Medellín. Si vimos niñas muy guapas y estrellas de televisión de aquel país tomando aguardiente en vasos de plástico. Pedimos la cuenta y llegó.

El Primo vio la cuenta y dijo que era muchísimo dinero, por esa razón quisimos pagar con tarjeta y evitarnos las molestias de contar pesos colombianos en la mesa. Las 2 tarjetas de American Express no pasaron, BBVA Bancomer y HSBC corrieron con la misma suerte. Efectivo colombiano no alcanzaba por 3,000 pesos colombianos (el cover fue de 12,000 por persona). Al final y después de negociar con el gerente del lugar le di a la mesera 75 dólares con todo y propina.

Salimos del antro temprano, a la mañana siguiente teníamos que ir a la televisora, porque alguien iba a cantar en cadena nacional.

¿Quién cantará?, ¿Jorge bailará con alguna colombiana?, ¿comeré algún platillo típico?, ¿a quien de los viajeros le dará diarrea en una cabalgata?, ¿contestaré las preguntas del post anterior?, ¿nos acabaremos las tarjetas telefónicas de un pueblo?, ¿fumaré un cigarro para ligar?, ¿nos abordaran colombianas guapas en la calle?... mañana les cuento.

5 Comments:

At 7:51 p.m., Blogger Lus said...

Yo crei que la cartera para ti erameramente un accesorio de tu coche....

 
At 11:49 p.m., Blogger Ana Lucía said...

Cómo así que no me le gustó la rumbita paisa, pues!!

 
At 12:40 p.m., Blogger homero said...

Jajajajajajaja...

 
At 10:18 a.m., Anonymous Anónimo said...

No puede ser que no ligaras nada en el antro, donde dejaste el orgullo mexicano, nos hiciste quedar mal a todos compadre

 
At 6:10 p.m., Anonymous Anónimo said...

este no estubo ta fanny como el anterior pero esta pasable jajajajaja ya no me dieron ganas de ir a colombia por miedo a que me dejen bailando solo en la pista jajajajaja

 

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