Y desde el lunes empezó con desvelo por culpa de mis pares regionales, un sistema de información que no cuadraba y validación de 1700 SKU's de mis categorías a nivel LATAM (el último correo que mande fue el de las 2:30 a.m.); martes con locación de date de pubertos, comenzó con sushi y vino a terminar con unas cervezas importadas en Loreto; miércoles de intercambio de PJ's (mucho alcohol incluido). Jueves de despedida de soltero (de parejas), con todo y el tradicional "colofox" y la ola al estilo topless.
Mi mente traía la actitud, pero mi cuerpo ya pedía esquina para el viernes. Fue una semana particularmente ajetreada, con requerimientos importantes y urgentes. Pero ese viernes era especial. A las 7 a.m. yo ya estaba a full mandando correos y terminando archivos; a las 12 era la salida. Un último requerimiento me hizo posponer la hora de salida 15 minutos; hicimos escala en una farmacia para comprar un Redbull y proseguimos el camino. Ya para esa hora la mayor parte de las mesas estaban ocupadas. La fiesta de fin de año de U estaba a punto de comenzar.
La comida bien, pero todos sabíamos que no estábamos ahí por los majares que pudieran ofrecernos. nosotros queríamos el baile y el concierto. Yo había seleccionado la mesa desde la que armaríamos la "trinchera de Category", y nunca imaginé que iba a meterme al tumulto de gente para corear todas y cada una de las canciones que Sasha, Benny, Alix, Mariana, Erick y Diego entonaron.
"Sasha le da un aire a ...", NO!!! y así hasta las nauseas una y otra vez hasta que con desdén dije BYE!.
Ganador fue haberme dado cuenta que ella me miraba mientras platicaba con un amigo en común, yo solamente la había saludado en la mañana en nuestro fugaz encuentro en el elevador. Eso bastó para que el resto de la noche perdiera las vueltas (por perder las vueltas me refiero a la capacidad de hacer que la niña con la que estás bailando de vueltas). Será que ella me pone nervioso a larga distancia o que la niña con la que estaba bailando también tiene ese poder?
La noche que había comenzado a medio día terminó en unos tacos caros de Prado Norte, los mismos en donde años antes me dieron mi primer ascenso laboral.
Sábado de cine VIP y película que pasó sin pena ni gloria, rescatable la sonrisa que de pronto apareció al ver al hurón albino. Que parecía terminar en el Pata Negra pero dio un vuelco majestuoso y finalizó con un
plaisir de bouche en el W
Domingo de compras navideñas y lectura de Wicked... hasta que mis ojos se cerraron.
Faltan pocos días para descansar en la comodidad de casa de mi papá.
Ya estoy listo para irme de vacaciones.