martes, abril 12

¿eran grados o radianes?

La temperatura en Mérida eran más de 29° C (el Sol se había ocultadodesde las 7:30 p.m.),. Apenas entré al cuarto del hotel, aventé mi lap a la cama y saqué mi traje de baño; mi yo interno pedía a gritos bajarle al menos 5° a la temperatura corporal.

Me puse mi traje de baño y bajé a la alberca. 30 minutos después ya estaba en un camastro chateando vía WhatsApp a la luz de la luna. La temperatura estaba agradable y el agua fría de la alberca había controlado mi estado de ánimo.

Comenzamos a platicar con risas desfasadas y muecas sin sentido; el hielo se rompió de un certero: “¿funciona tu WhatsApp?”.

Mi cuarto me recibió con 10° C por debajo de la temperatura ambiente… un regaderazo y a dormir.

lunes, abril 11

Esas pequeñas cosas

Pasan los días, semanas y meses… “pasa el tiempo”; y te vas dando cuenta que poco a poco fuiste cambiando en varios aspectos de tu vida en los que no habías puesto tanta atención. Y hoy, cuando la normalidad se ve tan borrosa y lejana; todo parece tan extraño.

Así fue como empecé a darme cuenta de cada una de mis nuevas manías; una de las cosas que más me han impactado y que ella implementó en mi subconsciente es la manera de hacer espuma con el shower gel. Sé que es una burrada, pero me sorprenden esas pequeñas cosas que han cambiado en mi manera de… vivir.

lunes, abril 4

La maldita primavera

Se casó Ponzo; así, sin más. Fue una semana super complicada y cada vez veía más lejos poder escaparme para acompañarlo en uno de los momentos más importantes de su vida.

La semana se complicó cuando comenzaron los festejos prematuros de mi cumpleaños, Mache organizó el primero en compañía de los nuevos Grows. El siguiente sería organizado por mi, para ver a mis amigos a escasas horas de partir con rumbo muy conocido. Tristemente los K se automarginaron y terminé cenando con los de la U, para rematar en el Sens y vivir una vez más una de esas historias que solo a nosotros nos suceden.

Sin propina para el mesero, y con una tarjeta de crédito menos, salimos del lugar. Dejé mi coche en K y pedí mi taxi para llegar al aeropuerto. Dormí los 30 minutos de trayecto y a las 7 a.m. ya estaba en el aeropuerto documentando. Llegué al Club C y le di mi pase de abordar al meserín que estaba atendiéndome, le dije que su misión era despertarme 5 minutos antes de la salida de mi vuelo. Él me despertó 20 minutos después; estaba al borde del frenesí cuando interrumpió mis palabras para decirme: “joven, su vuelo estaba retrasado, así que preferí no despertarlo” (definitivamente no soy un número mas).

Llegué unas horas antes del ensayo general, que terminó con unos chupesitos coquetos en la casa de Ponzo. Yo ya estaba al borde del letargo, y preferimos terminar la reunión.

Amaneció el día de la boda, yo di golpe a la 1 p.m.

Digno de comentar, las fotos, los chupes de “cash only” en el Club en el que no aceptaban cash, los niños que se durmieron debajo de la mesa, las salidas en falso, el episodio de la cajuela y las llaves del coche en el vestidor, el grito de “suéltala que es casada”, el carrito de golf listo para escaparnos a Vegas, los lentes de sol de 5 dólares, “una de esas” + “wey es la jardinera” + “no mames, la casa pendejo” + “ah, si, esta linda” jajajajaja, “4 solteros, sentados al lado de la única soltera de la barra y no la voltean a ver” + “I’m not that charming”… y obviamente priceless que la última canción de los mariachis haya sido el regalo de la novia por mi cumpleaños.

Los días en Houston siempre son buenazos creo que tengo que pedir mi cambio

YA!