lunes, abril 4

Movimiento

Hace un tiempo fui victima de la inseguridad de esta ciudad, y me robaron el stereo del coche de mamá. Ese suceso cambió mi vida radicalmente, me ha hecho pasar 2:30 hrs. al día platicando conmigo mismo, y descubriendo partes de mi mente que no había visitado; así como poner en perspectivo mi vida en este momento.

El descubrimiento más importante hasta ahora es el siguiente. Me he dado cuenta que el tráfico y yo no nos llevamos bien; y al decir tráfico no solo me refiero al que surge del excedente de automóviles en esta ciudad. Estoy hablando de que en la vida diaria hay cosas que detienen tu crecimiento o movimiento, y precisamente estas cosas son las que trato de omitir en mi vida. Esto lo descubrí un fin de semana que iba a Poza. Unos amigos iban en un coche diferente a solo 3 cuadras delante de mi en una calle que avanzaba a vuelta de rueda; yo por mi parte hice lo más sensato (a mi modo de ver), tome un “atajo” que me hizo feliz: en mi “atajo” circulé a más de 40 km/h (mucho más rápido ellos) y aún así, llegue una hora después a mi destino que mis amigos.

Se que suena raro, y que la mayoría pensará que eso no puede ser un “atajo”: los atajos regularmente te hacen llegar a tu destino en menos tiempo del habitual. Y ahí descubrí que para mi no es así.

Observé que realmente no puedo mantenerme detenido en espera de un suceso externo que me haga avanzar; y aunque esto por otra vía me requiera el doble de esfuerzo y tiempo, soy más feliz en constante movimiento.

1 Comments:

At 1:41 p.m., Anonymous Anónimo said...

En cuanto al trafico vehicular... lo odio. Creo que saco mas provecho al quedarme viendo a una pared blanca que estar atorado dentro de mi auto. Aunque ahora que lo pienso creo que voy a utilizar ese tiempo para practicar un poco mas de idiomas.

En fin... nunca me tome el tiempo para comparar el trafico vehicular con el trafico personal... gracias por el punto... tratare de mantenerme en movimiento.

 

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